jueves, 29 de septiembre de 2011

UN REGALO PARA SEGURA.


Esta noticia ha sido publicada en el diario Hoy.


«Para el pueblo de Segura de Toro recuperar el verraco, aunque sea una copia, supone un hecho histórico», afirmaba ayer Emiliano Corredor, alcalde de esta pequeña localidad del Valle del Ambroz (de unos 180 habitantes), que se encuentra a 32 kilómetros de Plasencia.
Este comentario lo hacía en el taller de cantería de la Universidad Popular de Cáceres, junto a una piedra tallada de unos 1.300 kilos de peso, que es una copia exacta del verraco de origen celta, fechado en el 600 a. c. que fue encontrado en un muro de piedras que dividía dos fincas. «Estaba de costado, haciendo de pared - recuerda el alcalde -. Se subió a la plaza del pueblo, en donde está el toro de piedra, y allí estuvieron las dos esculturas, al igual que una estela de guerrero celta. Al final, el verraco y el guerrero fueron llevados al Museo de Cáceres. Me acuerdo de como los cargaron en una camioneta y se los llevaron».
Eso fue en 1969. Ayer, 42 años después, el alcalde regresaba al pueblo con un doble del verraco, para colocarlo donde estaba antes, junto al toro que da nombre al pueblo.
Se da la circunstancia de que el toro está recompuesto, ya que hace mucho tiempo algunos pensaron (vete a saber cómo se les ocurrió tal cosa), que dentro del animal de piedra se escondía un tesoro, «se cuenta en el pueblo que por eso lo dinamitaron, para buscar un tesoro, y lo destrozaron», indica Emiliano Corredor. Destrozaron el verdadero tesoro, que es la preciada escultura celta.
La alcaldesa de Cáceres, Elena Nevado, acudió ayer a dar el regalo de esta capital de provincia al pueblo de Segura de Toro.
El origen de este regalo es una propuesta que en 2006 hizo al Ayuntamiento cacereño la Asociación Cultural Amigos de la Estatua del Poeta Gabriel y Galán, que preside el cantautor Matías Simón Villares, natural de Segura. Esta asociación solicitó que el taller de cantería hiciera la copia del verraco y del guerrero, «enterados de la reputada profesionalidad y esmero del taller». Los canteros se pusieron manos a la obra una vez que el ingeniero de caminos Iluminado Bueno, vecino de Casas del Monte, les llevó desinteresadamente dos grandes rocas de piedra. Ahora falta la copia del guerrero, que es la escultura que más impresiona a los niños que visitan el Museo, junto a una estela de un ser antropomorfo, hallada en el cementerio de Casar de Cáceres, que no falta quien diga que es la representación de un extraterrestre.




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